No he estado en los mercados grandes de la palabra
pero he dicho lo mío a tiempo y sonriente.

Silvio Rodríguez

(¿A que mola empezar con una cita?)

Tenía el viejo blog totalmente abandonado desde hace tres o cuatro años. Me resistía a eliminarlo, que es algo que mantenía desde 1.999 y como esos trastos que se almacenan en las casas parece que el tiempo les de algún valor añadido convirtiéndolos en «antigüedades» y ya no se tiran nunca. Son trastos, perdón, objetos, que pasan a formar parte de los apoyos que nos ayudan a ser lo que creemos ser. Así, el pobre blog quedó «congelado», sin atención y sin visitas… bueno, visitas, visitas no tuvo nunca pero eso también era parte de sus señas de identidad.

Desde que soy jubileta el desconcierto ha aumentado en muchos aspectos. Vida nueva desconcierto nuevo. No os engañaré, las cosas que antes me desconcertaban, la gente y sus maneras, mi mujer, etc. me siguen desconcertando, pero la nueva situación ha removido cosas en mí , y que ya detallaré más adelante, que me desconciertan doblemente. Ninguna de ellas, en principio, me motivaba a volver a escribir pero poco a poco he encontrado algo de entusiasmo, perspectiva y ganas, sobre todo ganas, de teclear otra vez en este mundo del blog.

He probado algunas de las herramientas que hoy día están de moda: páginas de FB, vídeos de youtube, tweets, etc. y ninguna me ha convencido. Publicar en internet se ha convertido en una loca carrera ridícula y absurda por conseguir lectores perdón, seguidores, que casi todo lo que se publica son imágenes y vídeos, que los followers —y la mayoría de los autores, digo, creadores de contenidos— salen espantados ante textos de más de 100 letras. Así que aquí estoy otra vez, en el viejo y querido formato de blog, en el que tan cómodo me he movido siempre.

Parodiando a un cómico: «No me hice escritor para ser rico y famoso… y de momento lo estoy consiguiendo».
No espero lecturas ni seguidores. Si estás leyendo esto, si no te has dormido ya, enhorabuena: ya formas parte de una minoría selecta.

Bienvenido